
Entonces se le ocurrió preguntar a las madres de los niños como era que sus hijos se comportaban y ellas empezaron a contestar con gran entusiasmo.
Los niños aman la naturaleza
¡Ah… entonces los encerraremos en cuartos oscuros para que no vean ni siquiera el árbol de la esquina…!
El diablo siguió con las preguntas ¿Qué más les gusta?
¡Les gusta comprobar que la actividad sirve para algo!
Entonces haremos de tal manera las cosas que su actividad no tenga ningún objeto
¡Ah….! Les gusta moverse, brincar, saltar, correr …
Pues los obligaremos a estar sentados y quietos…
¡Les gusta manejar objetos, servirse de las manos!
Pues que sólo manejen ideas, únicamente ideas…¡Que no ocupen las manos!
¡Les gusta razonar!
¡Pues que memoricen todo!
¡Les gusta hablar!
Que guarden silencio, ¡Prohibido hablar!
¡Les gusta investigar y hacer ciencia!
¡No! Debemos darle la ciencia ya hecha
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